El pasado Viernes fui con Natalia y unos amigos a ver las procesiones de Lorca. Ya me habían explicado que estas no se parecían en nada a las de las demás comunidades, pero hay que verlo para darse cuenta de cuán diferentes son en realidad. Para empezar os hablaré de la rivalidad existente entre sus dos pasos principales, el Paso Blanco y el Paso Azul. Al más puro estilo rivalidad Betis-Sevilla o Madrid-Atleti, entre los dos pasos se divide la mayor parte de la población. Como en la víspera de un derbi deprotivo los del Paso Blanco salen a la calle con prendas blancas, pañuelos, bufandas o lazos para las niñas, y lo mismo ocurre con los del Paso Azul. Incluso los balcones se decoran con banderas de un color u otro según la preferencia de quien viva allí.
Por la mañana fuimos con Luis, Ana y Raquel a ver las iglesias de ambos pasos. Como Luis es azul fuimos primero a la de este paso.
Como podéis apreciar en la foto la iglesia estaba abarrotada de gente y nos costó bastante entrar, pero una vez dentro no había para nada agobio. La virgen que está al fondo a la izquierda de la imagen es la Virgen de los Dolores que más tarde veríamos desfilar por la calle principal de Lorca. No se aprecia en esta fotografía pero en los laterades de la iglesia había exposiciones de los mantos y las vestimentas de los portadores. Cabe destacar que los bordados de los mantos eran expectaculares, parecían pinturas plasmadas sobre la tela. Luis nos explicó que habían utilizado hilo de oro para los mantos y que se hacían a mano por lo que algunos tardaban años.
Por supuesto dentro y fuera de la iglesia no faltaban los puestos de vendedores de artículos azules como claveles tintados, pañuelos, bufandas y brazalates, entre otros.
De allí nos fuimos a la iglesia de los blancos. Fue curioso ver cómo iba cambiando el color de las prendas de los transeúntes según nos acercábamos a la otra iglesia.
Aunque en un principio la iglesia de los blancos pueda parecer más pequeña en realidad no es así. Tiene un anexo a la izquierda de la foto que sirve de museo donde se exponen los mantos y otras figuras para la procesión. No obstante, aunque el museo resulta de lo más curioso, la iglesia de los Azules tenía una mejor decoración, o al menos a mí me gustó más. Se podría decir que son ambas muy bonitas, aunque diferentes. La virgen que aparece en la foto es la de la Amargura, una bella imagen que también desfiló por la tarde.
Al medio día nos centramos en buscar un sitio para comer pero no fue fácil. No había un sólo restaurante con sitio en Lorca, pero nos las apañamos comiendo en dos sitios. Fue extraño, encontramos un local de picoteo donde unos ancianos muy amables nos cedieron su sitio en la barra. Allí tomamos pulpo y ternera en salsa con lo aplacamos un poco el hambre. Pero como además estabamos cansados buscamos otro sitio donde estar sentados. Finalmente en la plaza de España encontramos un sitio al aire libre donde terminamos de comer. Como suele ocurrir con el picoteo comes y comes sin darte cuenta hasta que te hinchas. Menos mal que pudimos descansar hasta las ocho que empezaba la procesión.
Continúa
Consejo de óptico: La rivalidad solo es buena cuando se puede olvidar.
Por la mañana fuimos con Luis, Ana y Raquel a ver las iglesias de ambos pasos. Como Luis es azul fuimos primero a la de este paso.
Como podéis apreciar en la foto la iglesia estaba abarrotada de gente y nos costó bastante entrar, pero una vez dentro no había para nada agobio. La virgen que está al fondo a la izquierda de la imagen es la Virgen de los Dolores que más tarde veríamos desfilar por la calle principal de Lorca. No se aprecia en esta fotografía pero en los laterades de la iglesia había exposiciones de los mantos y las vestimentas de los portadores. Cabe destacar que los bordados de los mantos eran expectaculares, parecían pinturas plasmadas sobre la tela. Luis nos explicó que habían utilizado hilo de oro para los mantos y que se hacían a mano por lo que algunos tardaban años.
Por supuesto dentro y fuera de la iglesia no faltaban los puestos de vendedores de artículos azules como claveles tintados, pañuelos, bufandas y brazalates, entre otros.
De allí nos fuimos a la iglesia de los blancos. Fue curioso ver cómo iba cambiando el color de las prendas de los transeúntes según nos acercábamos a la otra iglesia.
Aunque en un principio la iglesia de los blancos pueda parecer más pequeña en realidad no es así. Tiene un anexo a la izquierda de la foto que sirve de museo donde se exponen los mantos y otras figuras para la procesión. No obstante, aunque el museo resulta de lo más curioso, la iglesia de los Azules tenía una mejor decoración, o al menos a mí me gustó más. Se podría decir que son ambas muy bonitas, aunque diferentes. La virgen que aparece en la foto es la de la Amargura, una bella imagen que también desfiló por la tarde.
Al medio día nos centramos en buscar un sitio para comer pero no fue fácil. No había un sólo restaurante con sitio en Lorca, pero nos las apañamos comiendo en dos sitios. Fue extraño, encontramos un local de picoteo donde unos ancianos muy amables nos cedieron su sitio en la barra. Allí tomamos pulpo y ternera en salsa con lo aplacamos un poco el hambre. Pero como además estabamos cansados buscamos otro sitio donde estar sentados. Finalmente en la plaza de España encontramos un sitio al aire libre donde terminamos de comer. Como suele ocurrir con el picoteo comes y comes sin darte cuenta hasta que te hinchas. Menos mal que pudimos descansar hasta las ocho que empezaba la procesión.
Continúa
Consejo de óptico: La rivalidad solo es buena cuando se puede olvidar.
Me gusto más como era la iglesia de los azules, pero la virgen de los blancos era mas mona (ya sabes por que... jejeje)
ResponderEliminarQué panzá de comer me dí!! Todavía me acuerdo, además a muy buen precio y muuuuuy rica ^^