Salomon Kane

A Robert E. Howard la fama le llegó relativamente tarde, tan tarde que ya estaba muerto. Howard murió en 1936 (de un disparo en la cabeza que se propinó él mismo) pero pareció renacer en 1982 con el estreno de la más que popular película de Schwarzenegger, Conan el bárbaro, y su continuación Conan el destructor. Ambos fueron éxitazos en taquilla y propulsaron a su hipermusculado protagonista al estrellato de Hollywood. Los libros de Howard, y los que no eran de Howard (tuvo muchos seguidores que publicaron historias sobre el personaje), empezaron a reeditarse con cierto éxito. Yo mismo conocí al personaje gracias a las películas, de pequeño no era muy dado a la lectura, pero aquellas escenas de lucha de algún modo lograron motivarme más que los consejos de mis profesores. Tal vez esto mismo les ocurra a los chavales que vean la adaptación cinematográfica de uno de sus mejores personajes. Sí, es el del vídeo, Salomon Kane, un justiciero con sombrero y espada que reparte leña a los seres malignos que se encuentra. Muy típico, lo sé, pero Salomon Kane no se queda ahí. Howard era un aficionado al ocultismo, o sino al ocultismo como tal por lo menos sí que le interesaba el misterio que este encerraba. En Salomon Kane queda patente este interés y al menos en sus historias el aventurero se enfrenta a todo tipo de domonios usando incluso técnicas de vudú. Un amigo suyo llegó a ser muldialmente famoso por explotar este tema y otros mucho más macabros, se trata de H.P. Lovecraft. Ambos autores se carteaban y desgraciadamente murieron jovenes. Lovecraft debido a un cáncer en 1937 cuando tenía 40 años.

Esta película seguro que no me la pierdo. Nos leemos.

Consejo de óptico: Tantas ilusiones me hago cuando sé que van a hacer una película de un libro que me gusta que cuando la veo la decepción resulta abrumadora.