
Todavía conservo mis primeras gafas. De hecho tuve que cambiar la montura una vez y volví a elegir la misma. Como tenía poquísima miopía sólo las usaba para ver la pizarra e ir al cine (más tarde también para conducir, aunque podía ver bien sin ellas). En fin, como las usaba poco no me importaba cómo fueran, sólo las quería discretas y ligeras. Dicho y hecho, grises, cuadraditas y de titanio. Baratas y ligeras, por supuesto nada de marcas. El material para la lente es orgánico (aunque bien podía haber elegido vidrio pues iban a seguir siendo ligeras) y con todos los tratamientos.
Hasta hoy mismo hubiera sido un ejemplo vivo de aquel refrán: en casa del herrero, cuchillo de palo; porque no las he cambiado desde entonces hasta hoy. Pero evidentemente mi graduación sí ha cambiado. La miopía sube, es lo que tiene la muy jodia, pero yo seguía tirando de mis obsoletas gafas. Antes de continuar que nadie se alarme, no me ha subido tanto como para ser un peligro al volante o ponerme a saludar a las farolas por la calle, pero sí lo suficiente para tener problemas con los subtítulos en el cine por poner un ejemplo. Ahora he decidido cambiar de estilo, mis gafas son de marca (alguna vez tendría que ser la primera) y más llamativa con varillas anchas y de color blanco aunque sigue siendo de metal. Las lentes de nuevo orgánicas y con todos los tratamientos. En serio, merece la pena ponerle todos los tratamientos y ni mucho menos son caros.
Tal vez suba alguna foto de mis nuevas gafas... Más adelante.
Nos leemos.
Consejo de óptico: Cuando vayas a pintar una pared de tu piso no olvides hacer estiramientos de los abductores. Sé que no me entiendes, pero hazme caso que Tali y yo sabemos de lo que hablamos. Ays... mis piernas >_<
Aix sus gafas nuevas, qué guapo está con ellas!!! Menos mal que no son como las de tu avatar :p
ResponderEliminarUn besazooo!!! ^^